-Gilipollas, ni eres cineasta por tus vídeos de YouTube ni modelo por cuatro fotos cagadas para un trabajo de mierda
-¡A mamarla! ¡TU PADRE sí que no es ni cineasta ni modelo!
En fin, que la historia comienza cuando de repente (no está muy claro si yo busqué a Mr. Angelu o él me buscó a mí) me convierto en modelo/asesor artístico del susodicho Xanoman para un trabajo que ha de realizar , LA FOTOTECA
Total, que a las 9 de la mañana estoy yo tan feliz y contento
Con una hora de retraso sobre el horario previsto, llegamos a Madrid, cogiendo el Metro sin perdernos y todo, como si fuéramos nativos. Nos faltaba cagar humo por el tubo de escape para que pareciera que nos habían parido en plena Gran Vía. Llegamos a Sol y se produce la paradoja: Mr. Angelu indignado con el 15-M. ¿Qué es eso de no montar una manifa cada domingo? ¡Malditos perroflautas! (ésta misma idea la expresó el susodicho Xanoman con otras palabras que ya no recuerdo, vociferando delante de un puesto de ayuda al pueblo libio) Empezamos a hacer el trabajo a la par que nos embriagamos del ambiente del centro de Madrid: que si una foto a un grafitti con el símbolo de la anarquía -había que hacer fotos que connotaran con el refrán "cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar", lo cual es muy gracioso porque tanto Mr. Angelu como yo podemos presumir de un suave, sedoso y lacio vello facial-, que si hay un tipo disfrazado de Elmo con una camiseta de Cristiano Ronaldo, vamos a esperar a ver si se pega con Dora La Exploradora, que si vamos al Kentucky Fry Chicken, que si sácale una foto al mimo que está haciendo Matrix y a la de la camisa a rayas con dos botones desabrochados, que si todo ésto antes era campo...
Decidimos eso de las 12 de la mañana desayunar, porque aunque hubiéramos madrugado seguíamos respetando los clásicos horarios domingueros, y ante la visión bastarda de un Starbucks petado, decidimos ponernos en plan hipster e ir al Faborit de al lado (ésta misma frase me la han retwitteado los del propio Faborit, muy egocéntricos ellos, aunque se agradece tras la lucha a muerte que tuve con mi puto móvil para poder instalarme la aplicación de Twitter para poner esa gilipollez). Y tras un dhulicioso cacao con nata, a buscar vagabundos. ¡Ah, no, que ya vienen ellos! Como una horda de 4, 5 mendigos vinieron a pedirnos según descendíamos camino de la Plaza de Oriente, hasta el punto de que al último le solté lo último que tenía suelto para el Metro
Fuimos en dirección al Congreso con la idea de hacer una mítica foto conmigo trajeado delante del Congreso, cuando encontramos a un ¿amigo? que bajo el eslogan "toma, una bula papal" nos coló un panfleto de un restaurante especializado en cocido madrileño con su económico menú de 20 € por barba.
¡Va a ir tu puta madre!
¿Por qué me detengo en este sujeto? Porque cuando nos quisimos dar cuenta, el hombre nos estaba soltando un testimonio rollo "El Diario de Patricia" sobre que si él conocía a un amigo que vivían en la calle porque quería, que conocía a otros que se habían ido a la calle por la droga, que si él tuviera dinero se pasaría el día drogado...imaginaos todo ésto con el tipo esbozando en todo momento una sonrisa de oreja a oreja y repartiendo publicidad a los viandantes entre parrafada y parrafada. No debió vernos con muchas ganas de ir al restaurante porque su último argumento fue que teníamos que ver a las camareras guarrillas. Pero el momento más épico fue cuando nos pilló comiendo bocata en la misma plaza delante del Congreso y acabó hablándonos de un restaurante de Malasaña donde te retan a comerte un cocido completo formado por dos litros de sopa y una ración entera de cada uno de los distintos complementos del cocido.
Nos despedimos de él como se merecía, sin decirle ni "adiós", hicimos la última foto y acabamos en el mejor centro de placer Madrid. ¿Un puti-club? ¡NO! La Fnac de Callao. Viendo póster de Audrey...
AILOVYU
Todavía no he logrado ir a Madrid sin pasar por la Fnac. Sólo he comprado una vez allí. Total, que disfrutamos de una última y embriagadora vuelta por Sol, y tras una leve aventura en el Metro y perder un autobús en Plaza Castilla por dos minutos, volvimos a casa. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...(en realidad no hay nada que contar, pero no sabía cómo coño terminar)
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